Hay comunicación siempre que se transmite un mensaje. Para eso es necesario que haya al menos un emisor y un receptor que compartan un mismo código. Este código puede lingüístico, como el lenguaje humano, o no lingüístico, como el código de señales de los semáforos.
Condiciones del acto de comunicación
La simple presencia de los tres nombrados -el emisor, el mensaje y el receptor- no garantiza que haya comunicación. De hecho, la comunicación se produce cuando el receptor interpreta correctamente el mensaje que recibe. Y para que esa interpretación sea posible, han de darse varias condiciones:
- Que el mensaje llegue con claridad al receptor. La presencia de ruidos o interferencias puede dificultar la recepción del mensaje.
- Que el mensaje esté correctamente construido por el emisor y contenga una información coherente. Y a la vez, que el receptor reconozca los significantes enviados por el emisor y sea capaz de asociar a esos significantes los significados correctos.
- Que el receptor interprete correctamente las intenciones del emisor.
- Que la realidad a la que se refiera el mensaje sea adecuada para el conocimiento del receptor. Así, si no tenemos conocimientos de medicina difícilmente podremos leer un libro muy especializado sobre esa materia.
- La sintaxis: que está relacionada con la estructuración y las modalidades de transmisión de la información (por ejemplo, la elección entre la utilización de carteles, una reunión o el diario).
- En la comunicación escrita conviene aumentar las posibilidades de leído, multiplicando y variando los soportes del mensaje.
- La semántica, que es el significado de los mensajes verbales y no verbales de los interlocutores.
- La pragmática, que son las condiciones concretas del intercambio, empezando por los comportamientos y las intenciones de las personas que intervienen en la comunicación.
Existe una diferencia notable entre el escuchar y el oír que en el día a
día cualquiera de nosotros no lo tiene en cuenta pero para poder
lograr una comunicación efectiva es muy importante tener presente que
ambos son dos verbos que poseen significados diferentes.
Según el diccionario de la lengua de la Real Academia Española OIR significa “percibir con el oído los sonidos”, mientras que ESCUCHAR significa “aplicar el oído para oír, prestar atención a lo que se oye”.En base a estas definiciones podemos decir entonces que para oír sólo es suficiente tener un oído sano para poder percibir los sonidos que se emiten.
Para escuchar se requiere de voluntad propia, ya que se necesita prestar atención ante un mensaje a lo que se dice y cómo se dice, tratando de percibir cuales son las tonalidades de la voz, como son los matices de la voz, etc. A través de la escucha de la voz, además del mensaje en sí que se trata de transmitir, podemos percibir emociones y estados psicológicos del emisor.
Escuchar es más que oír. Cuando oímos a alguien, estamos recibiendo un mensaje; en cambio cuando escuchamos estamos interpretando y analizando lo que nos dicen.
El espacio para escuchar es muy importante dentro de las organizaciones, sobre todo de parte de los niveles superiores ya que demuestra cierto interés sobre sus subordinados y eso ayuda a las relaciones dentro de la empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario